El olvido se olvida de que sabemos recordar, absurdo sentido sin progreso del tiempo varado, simultaneo, inseparable... El tiempo hace poesía con los errores, los errores son aciertos tercos de la vanidad, que sólo deja sitio para la autocrítica, la insistencia, la mirada atrás... la resignación... pero pese al olvido, al recuerdo, al tiempo, a los errores y a la vanidad nos adaptamos al medio que es la vida para sobrevivir y lograr estar en paz, o por lo menos ser felices... ¡Qué inventos! La felicidad, el futuro... dictados ilusorios que nos hacen dar paso a paso con un rumbo que ni siquiera controlamos... y más aún, no sabemos si queremos o nos explota de repente.

Campanas

viernes, 16 de abril de 2010

Rayuela


Imagino al hombre como una ameba que tira seudòpodos para alcanzar y envolver su alimento. Hay seudòpodos largos y cortos, movimientos, rodeos. Un dìa eso se fija, (lo que llaman la madurez, el hombre hecho y derecho). Por un lado alcanza lejos, por otro no ve una làmpara a dos pasos. Y ya no hay nada que hacer, como dicen los reos uno es favorito de esto o de aquello. En esa forma el tipo va viviendo bastante convencido de que no se le escapa nada interesante, hasta que un instantàneo corrimiento a un costado le muestra por un segundo, sin por desgracia darle tiempo a saber què.le muestra su parcelado ser,sus seudòpodos irregulares,la sospecha de que màs allà, donde ahora veo el aire limpio, o en esta indecisiòn, en la encrucijada de la opciòn, yo mismo, en el resto de la realidad que ignorome estoy esperando inùtilmente.

A la ameba uso nostro lo desconocido se le acerca por todas partes. Puedo saber mucho o vivir mucho en un sentido dado, pero entonces "lo otro" se arrima por el lado de mis carencias y me rasca la cabeza con su uña fria. Lo malo es que me rasca cuando no me pica, y a la hora de la comezòn, cuando quisiera conocer, todo lo que me rodea està tan plantado, tan ubicado, tan completo y macizo y etiquetado, que llego a creer que soñaba, que estoy bien asi, que me defiendo bastante y que no debo dejarme llevar por la imaginaciòn.


Rayuela Cap. 84 (fragmento)
Julio Cortazar

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"Amo los cielos claros,las delicadas manos, las frentes amplias,las almas pulcras

Soy suave y triste si idolatro, puedobajar el cielo haSta mi mano cuandoel alma de otro al alma mía enredo.Plumón alguno no hallarás más blando.Ninguna como yo las manos besa,ni se acurruca tanto en un ensueño,ni cupo en otro cuerpo, así pequeño,un alma humana de mayor terneza.Muero sobre los ojos, si los sientocomo pájaros vivos, un momento,aletear bajo mis dedos blancos.Sé la frase que encanta y que comprendey sé callar cuando la luna asciendeenorme y roja sobre los barrancos.